Es un tipo de sensor llamado termopar de tipo K, que abarca desde -200 grados Celsius (tan frío como una noche invernal en la Antártida) hasta 1250 grados Celsius (casi tan caliente como el acero fundido). ¡Ese es un rango enorme! Consiste en dos tipos diferentes de metales conocidos como cromel y alumel. Un alambre es la unión de estos dos metales. Si se calienta alguna parte de este alambre, genera una pequeña cantidad de electricidad. Este flujo proporciona información como la temperatura. ¿No es increíble?
De todos los termopares, el tipo K es ampliamente utilizado en fábricas y aplicaciones industriales debido a su fiabilidad y lecturas precisas. ¡Se pueden encontrar en industrias populares como el procesamiento de alimentos, la producción química e incluso la aeroespacial! Dado que el rango de medición es tan amplio, los hace ideales para entornos extremos construidos, como hornos y hornos industriales, donde puede hacerse extremadamente caliente.
En la industria alimentaria, por ejemplo, estos sensores permiten asegurar que los alimentos se cocinen a la temperatura adecuada, lo cual está relacionado tanto con la seguridad como con el sabor. Se utilizan en la fabricación química para monitorear las temperaturas mientras ocurren reacciones, manteniendo la seguridad y el funcionamiento correcto.
Antes de poder entender el funcionamiento de una termopar del tipo K, es importante estudiar un poco sobre la termoelectricidad. Eso significa que genera una corriente eléctrica cuando hay una diferencia de temperatura entre los dos metales. Una mayor diferencia de temperatura crea una corriente más fuerte.
En una TC de tipo K, se utilizan cromel y alumel porque experimentan diferentes respuestas térmicas al calor prometido. Obtienes una unión en el punto donde estos dos metales se unen juntos. Cuando esta unión se calienta, se produce una pequeña voltaje que puede leerse con un instrumento conocido como un voltímetro. Este valor es la temperatura que medimos!!
Las termopares de tipo K son una opción común para diversas aplicaciones. En el caso del procesamiento de alimentos, por ejemplo, se utilizan para evaluar el calor en hornos y parrillas para cocinar adecuadamente. La industria química monitorea las temperaturas para asegurar que todas las reacciones sean seguras y operen como se espera.
En los aviones, las termopares de la división K desempeñan un papel esencial ya que miden la temperatura de los motores y otras partes fundamentales. Esto ayuda a asegurar que todo funcione correctamente. Esto también los hace muy útiles para la metalurgia. En las fundiciones, monitorean la temperatura de los metales fundidos para evitar accidentes y mantener la calidad.